miércoles, 4 de julio de 2007

Estela de optimismo y confianza


José Agustín de la Puente es, tal vez, el historiador vivo más importante actualmente. Él dejó una estela de optimismo y confianza en nuestro país en su visita, una nación, que se halla, según dice, en un proceso de mayor integración y superación de sus problemas.
Él es el presidente de la Academia Nacional de la Historia y por ello, no se dejó la oportunidad de hacerle unas preguntas:


A veces parece que hay un ambiente de pesimismo en el país, ¿quién cree que lo promueve más?

Es muy difícil saber donde nace. No hay un estudio sobre eso. Hay muchos factores como el crecimiento del país, las inseguridades políticas que han creado inestabilidad económica y social las dificultades para conseguir trabajo…todo eso se ha juntado y ha creado ese clima de pesimismo. No hay una causa singular sino un conjunto de factores.

Que tiene que ver con los políticos, las escuelas y universidades…

Con todos los actores sociales y además con la globalización actual. Hoy por ejemplo, una chica de 15 años que termina colegio ve por televisión el desarrollo de sociedades más fuertes que la nuestra, eso también crea un ambiente de incomodidad si se cree que no puede acceder a él. También hace mucho daño el factor de la enseñanza escolar, cuando se da como una visión negativa, por razones ideológicas o políticas, y plantea lo nuestro como algo siempre declinante o negativo.

Usted sostiene que hay que enseñar la historia con lo blanco, lo negro y lo claro oscuro…

Claro, es que todo es nuestro, como los recuerdos que tenemos de la familia: buenos, malos, tristes y alegres. No podemos hacer una selección de ellos, pues son personales que actúan en forma invisible, pero actúan. Por eso, el profesor de historia debe explicar la totalidad de la vida del país y explicar los factores positivos y los negativos; todo eso nos pertenece.El Perú es uno solo.

¿Cuál es el hilo conductor que mantienen al Perú como un solo país: el de antes, el de hoy y el de mañana?

Está en las generaciones de los peruanos que mantienen la convicción de serlo y que trabajan en y por el país. La continuidad está en nosotros mismos; el mismo hecho de preguntar ¿cómo está el Perú? es una prueba de la continuidad, es la preocupación por lo nuestro.

Usted habla de un fortalecimiento de las instituciones, pero que falta institucionalidad ¿no es contradictorio?

No, Es que aún no hemos ganado institucionalidad. Esto será cuando podamos decir que el país camina sólo. Hay muestras de que se va hacia ello. Por ejemplo, es evidente que las fuerzas armadas han ganado en institucionalización,se han profesionalizado mucho más, también las instituciones de control están desallorando más. Hay buenos signos de una evidente institucionalización, aunque aún falta mucho.

Su afirmación de que se haya ensayado mucho con el Perú ¿tiene que ver con este retraso en la institucionalización del país?
Así es. Se puede hacer un reencuentro de los gobiernos del siglo XX. Algunos fueron de tipo personal, otros con ensayo de tal o cual tendencia; y el Perú como una especia de laboratorio. Un gobierno debería continuar los proyectos que otro empezó, porque hay proyectos de Estado que no deberían parar. Cada gobierno no puede ser el principio de una vida distinta porque eso establece una especie de corte, de limitación.

¿Por qué no crecen aún las instituciones?

El problema de fondo está en al formación de las personas. Si el presidente regional tiene una buena formación intelectual y moral, saldrá adelante, si es frágil y sin formación, cederá a la influencia y presiones. Creo, sin duda, que el mayor problema del Perú está en la educación.

En estos momentos hay intentos por mejorar la Educación…
Hay muy buenos intentos, pero se omite un poco la formación de la persona (muy distinta a la instrucción). Hace falta que se le forme en criterios morales, sentido de la solidaridad social, en la responsabilidad; esto forma parte de la educación. Es fundamental que tenga jerarquía de valores, que sepa qué está bien y qué está mal, que actúe de acuerdo a su conciencia y ésta actuará bien si hay buena formación, de otro modo será un desastre. Hay que educar para la vida.

¿Cuándo se perdió la relación estrecha que hubo entre Educación y valores?

No se puede señalar un tiempo exacto. La educación gratuia y universal es muy buena,pero cuando se aplicó creó una especie de conmoció. Se enseñaba mañana y tarde e inclusive los sabados, peor al aprovarse la educacion gratuita se empesoa enseñar solo un turno para dar cabida a todos.La intencion fue exelente, pero se aflojo en el tiempo y nivel. Otro aspecto más profundo es el relativismo moral que se vive en el mundo. Los valores y objetivos de la vida están muy en discusión, así como los conceptos de la familia, de persona, la actitud frente a la vida y todos los grandes temas.

¿Cómo medir la formación y la responsabilidad en los futuros gobernantes?

El saber de dónde vino, dónde se ha educado o qué ha hecho en su vida puede darnos pistas para saber si tiene criterio o es un desastre.

¿Cree usted que se puede cambiar la cabeza negativa en el Perú?

Sí, con educación y admitiendo que estamos mal pero que no tenemos el monopolio de la desgracia. Hay muchos problemas, pero tenemos un sentido de familia mucho más cierto que el de los países europeos donde casi ya no hay niños.

Esta es una tarea de todos, no sólo del Estado sino de asociaciones, grupos de barrio, municipios, etc. Estas cosas son mejores si comienzan de abajo, como las acciones de voluntariado que son un gran testimonio de solidaridad. Además es muy importante el rol de la universidad en la integración; es uno de los ejemplos más importantes de integración social. Es una escuela de integración: en ella hay una convivencia amable, cordial, sin preferencias ni distingos.

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