domingo, 17 de junio de 2007

Miremos al Perú con esperanza


El progreso humano y por tanto el desarrollo el país consta de dos factores que deben desarrollarse paralelamente pues solo así puede orientarse verdaderamente a alcanzar el bien común. Estos dos factores se ven reflejados en el crecimiento económico de la sociedad y la mejora de esta, humanizándose.

El desarrollo de estos dos factores nos permite crecer no solo en el conocimiento y mejora de la conducta ética, sino también crecer en la calidad y cantidad de la riqueza, en la consolidación del bienestar material.

De los elemento mencionados como el conocimiento, la etica y la riqueza, depende el vivir bien, el poder llevar una vida digna, lo que se merecen todos los cuidadanos sin excepción, por su condición de seres humanos.

El desarrollo integrado de los factores ya mencionados constituirán el cambio que tanto hemos esperado, pero ¿como integrar estos dos factores? ¿Como nosotros, ciudadanos comunes y corrientes, jóvenes y responsables de lo que será el futuro de nuestro país, podemos contribuir en el cambio de este?

Antes de proponer respuestas a estas interrogantes considere importante evaluar la realidad que rodea al grupo de jóvenes que podemos tomar cartas en el asunto para poder elaborar un plan realista y posible, orientado a buscar soluciones que podamos, con nuestra situación particular, ejecutar.

Es así como considere que nuestra labor estaría orientada a desarrollar y consolidar en los ciudadanos de nuestro país el segundo factor de la Reconstrucción Nacional. Este factor no implica el crecimiento económico del país debido a que nuestra condición de jóvenes inexpertos en el rubro no lo permitiría, sino que esta orientado a la adquisición y promulgación de una conciencia nacional, en el lograr la adopción de una nueva actitud frente a uno mismo, frente a los demás, frente a nuestro país; Proyectando la imagen y el valor de una patria y de las exigencias que ello impone a todos en esfuerzo, generosidad y heroísmo.
Esta conciencia nacional que pretendemos formar, se debe vivir en todos los ciudadanos, como el deber de perseguir en nuestras acciones del día a día las metas de grandeza y progreso de nuestro país.

Queremos proponer un proyecto de vida, invitar a los jóvenes, quienes se encuentran en una etapa decisiva de sus vidas ( donde se están planteando objetivos que los motivaran a estudiar o trabajar y que será el norte que guié sus acciones) a incluir en la formación de su proyecto profesional la responsabilidad y entusiasmo de asumir una misión trasformadora a partir de cierto tipo y forma de trabajo, que ejerceremos en pocos años, por el cual podremos satisfacer nuestras necesidades inmediatas, pero no solo eso, sino poder contribuir desde donde estamos, sin necesidad de ejercer un cargo público, al crecimiento y bien estar de otras personas que en conjunto significaría el desarrollo en unidad del país.

La solidaridad, la participación y la posibilidad de realizar estos cambios radicales constituyen, si no la solución, al menos la garantía necesaria para que las personas no se conviertan en instrumentos que buscan ante todo producir para ganar dinero, sino que seamos protagonistas de nuestro futuro y el de muchas personas que dependen de nosotros.

Debemos tomar conciencia de la realidad tan distinta que existe mas allá de nuestras casas, y no solo tomar conciencia sino que debemos involucrarnos y poner nuestras capacidades (debemos considerar como privilegio poder explotarlas teniendo acceso a la educación) al servicio de la comunidad, luchando por conseguir el progreso pero equilibrado, es decir, que los diferentes sectores progresen paralelamente.

Este es el Gran reto que les propongo y que el Perú espera que asumamos, nosotros los jóvenes, por el bienestar nacional.
Todo esto puede hacerse y dado a que es posible es un deber.


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