martes, 26 de junio de 2007

Opinión de Gastón Acurio

CEREMONIA DE APERTURA DEL AÑO ACADÉMICO
DISCURSO DE ORDEN
SEÑOR GASTÓN ACURIO JARAMILLO

(Fragmento)
Marzo 2006

Si bien podríamos pensar que los recursos naturales con los que cuenta nuestro país han sido una bendición, la historia nos ha enseñado siempre lo contrario. Alguna vez fue el caucho; otra vez, el guano; hoy son los minerales. Sin embargo, cuando estos se acaban, con ellos termina un ciclo económico de bonanza y aparece esa odiosa debacle e incertidumbre que destruye democracias y da origen a falsos caudillos.

Nos queda claro, entonces, que el crecimiento, la estabilidad y la riqueza de un país nunca estará del lado de los recursos naturales, sino de los productos que se elaboren con ellos. Por ello, los suizos compran recursos como el cacao o el oro y con ellos elaboran chocolates, joyas o relojes; y, por ello, los japoneses y los coreanos compran minerales para luego transformarlos en electrodomésticos y automóviles.

Los ciudadanos de todos los países industrializados han entendido que la gran riqueza no está solo en la elaboración de productos genéricos, sino en la creación de marcas cuyo reconocimiento en términos de calidad les permite expandirse por todo el mundo. Por ello, Suiza compró cacao y oro, y sus ciudadanos los convirtieron en chocolates Nestlé y en relojes Rolex.

Pues bien, la gastronomía peruana hasta hace muy poco ha sido justamente eso: un gran recurso. En efecto, ha sido un recurso muy querido por todos, un orgullo para todos, y muy apreciado por algunos extranjeros que descubrían anecdóticamente sus bondades en visitas de trabajo por el Perú. Sin embargo, nuestra gastronomía no es afortunadamente solo un gran recurso, sino una suma de cocinas y conceptos que, en muchos casos, aún esconden un gran potencial. Una vez desempolvado tal potencial y luego de haberse creado el marco conceptual y puesto en valor, los productos de la gastronomía peruana podrían ser exportados por todo el mundo.

Así es. Detrás de nuestra entrañable cocina criolla, de nuestras pollerías, de los chifitas de barrio, de la cocina novoandina, de las picanterías arequipeñas, de los anticuchos, de los sánguches, de la cocina nikkei o de las cebicherias, existen oportunidades inmensas de crear conceptos que trasciendan su ámbito local para convertirse en productos, productos peruanos de exportación que no solo aspiren a codearse con conceptos ya instalados globalmente como pizzerías, hamburgueserías, sushi bares o taquerías mejicanas, sino que, además, generen al Perú enormes beneficios tanto económicos como de marca país.

Hasta aquí creo que podemos entender cómo nuestra gastronomía, un gran recurso, con productos con gran potencial, está lista para expandirse por el mundo; sin embargo, algo falta para el despegue final. ¿Qué sucede que aún no despegamos como quisiéramos?

Todos los estudios de mercado hechos fuera del Perú por empresas internacionales indican que el concepto culinario más en alza en el mundo es el peruano, que invertir en un restaurante peruano bueno es invertir sin riesgo en cualquier ciudad norteamericana o europea.

Dentro del Perú hemos vivido una revolución editorial y educativa en términos culinarios que nos ha llevado a publicar en los últimos diez años más libros de cocina que en toda nuestra historia editorial previa. En Lima se han abierto, en los últimos 5 años, 22 escuelas de cocina reconocidas oficialmente, lo que la convierte en la ciudad con más escuelas de cocina en el mundo. Los periodistas más importantes de todo el mundo son enviados a cubrir esta revolución culinaria y publican artículos y emiten programas de TV deslumbrados por lo que ellos consideran la inminente invasión peruana de sabores por todo el mundo.

¿Por qué a pesar de todos esos indicadores aún no se crean restaurantes peruanos en todas partes? La respuesta es más que evidente. Tenemos el recurso, disponemos de los productos. ¿Qué nos falta? Las marcas. Las marcas peruanas de productos culinarios peruanos por el mundo. Allí está la clave.

Algunos dirán que nos falta también el capital, los recursos financieros. Nosotros podemos rebatir ello contándoles que recibimos casi diariamente propuestas de inversionistas, desde Arabia Saudí hasta Australia, para invertir en restaurantes peruanos, propuestas que en su mayoría rechazamos porque creemos firmemente que todo tiene su momento, su espacio, su oportunidad.

Marcas peruanas, eso es lo que los cocineros y empresarios peruanos tenemos que lograr, marcas que hayan desarrollado internamente todo aquello que hace que una pequeña gran idea, un pequeño gran sueño se traduzca en una filosofía poderosa que vaya creciendo poco a poco hasta convertirse en un modelo para estudiar, imitar, admirar, e incite a invertir.

En el caso de nuestra organización hemos venido desarrollando conceptos culinarios cuya aspiración, desde el comienzo, fue no solo su internacionalización, sino también su segmentación, pues entendimos desde el comienzo que los restaurantes no son escenarios genéricos sino espacios para públicos distintos, para momentos distintos, para economías distintas.

Empezamos con el restaurante “Astrid y Gastón” y luego de haber encontrado finalmente nuestra filosofía, después de habernos definido conceptualmente como restaurante de alta cocina peruana, hicimos nuestra primera incursión fuera del país, en Chile, donde la cocina peruana ya tenía un gran reconocimiento.

Los premios no tardaron en llegar, y luego vinieron Colombia, Ecuador, y, ahora, Venezuela, Panamá y México. Hoy cada uno de los locales ubicados en los mencionados países no solo es rentable, sino que, además, es reconocido como líder y referente de alta cocina en cada lugar.

Como en algunos casos, las revoluciones empiezan de arriba hacia abajo, esto nos ha preparado el terreno para que nuestras otras marcas puedan ingresar con facilidad en otros segmentos avaladas por el prestigio generado por la anterior. Es más fácil conquistar corazones haciendo alta cocina y luego sánguches que haciendo sánguches y luego alta cocina.
Después nació “Tanta”, luego vino “La Mar”. Hoy estamos abriendo el segundo “La Mar” en Lima y ya hemos vendido franquicias de este concepto en México, toda Centroamérica y el Caribe, y Brasil. Para el año 2007 esperamos iniciar las actividades de esta marca en Inglaterra y Washington. Creemos firmemente, por muchas razones, que la cebichería peruana es el concepto que se expandirá más rápidamente por todo el mundo.

¿Cuál es nuestra cuarta marca? Cuando uno pregunta a diez peruanos si les gusta el pan con chicharrón, los diez dicen que sí. En estos momentos estamos por inaugurar la sanguchería “Pasquale hermanos” para ubicarse dentro del segmento de comidas rápidas, para que, sin renunciar a su espíritu artesanal, sino más bien haciendo de ello una ventaja, compita directamente con las marcas de comida rápida internacionales con un concepto netamente peruano. Esperamos abrir muchos “Pasquale” en Lima.


Estamos ahora en busca del local para construir nuestra quinta marca: “Panchita”. Durante siglos, las anticucheras de las esquinas formaron parte del ornato y la identidad de nuestra ciudad y, por cierto, del atractivo hacia el turista. Es con tal espíritu con el que nace “Panchita”, como un homenaje a esa tradición y a todas esas anticucheras que alguna vez adornaron la ciudad.

Estamos en proceso de creación de tres marcas más. La primera es la de un chifa, pero que sea el real reflejo de una fusión peruano-china y no de un restaurante chino con toques peruanos. Estamos también en proceso de creación de la pollería de nuestros sueños, donde las guarniciones peruanas harán la diferencia frente al roasted chicken de otros lares, será lo que marque la diferencia y el sello de roasted chicken peruvian style.
Crearemos también una cadena de hoteles boutique en lugares paradisíacos de nuestro país, con un espíritu peruano latino, donde el diseño, el buen precio, el servicio esmerado y, a la vez, espontáneo y la gran cocina avalada por nuestras marcas serán la clave de su crecimiento y de su internacionalización.

Finalmente hemos terminado de desarrollar lo que es el comienzo de nuestra división industrial. Tenemos claro que, en un futuro, el desarrollo de la cocina peruana, no solo en restaurantes orientados al extranjero, sino también en los hábitos de consumo internacionales, generará una demanda de bases de sabor, salsas, productos derivados que simplifiquen el camino a la hora de preparar un cebiche, un tiradito, una causa y demás. Hemos desarrollado ya las fórmulas: solo nos queda esperar que el mercado esté listo para recibirlas en una marca que tenga como aliado estratégico a un productor emprendedor de Virú, con quien ya contamos, y un distribuidor apasionado, peruano también, quien ya está listo para asumir su función.

Me imagino que ustedes y mucha gente se preguntará por qué tanta fe. En realidad no es fe, es simplemente resultado de un análisis concreto. En los años 80 se dio el inicio del gran despegue de la cocina mejicana por el mundo. En aquel entonces no había Internet, ni las economías estaban globalizadas, ni las barreras culturales habían sido quebradas, ni las fusiones estaban de moda. En ese momento, los mejicanos salieron al mundo con sus tacos y sus tequilas, convencidos de que con ello conquistarían a todos. Con los japoneses sucedió lo mismo. A inicios de los ochenta no había sushi bares por el mundo. Hoy hay más de 50,000, y, gracias a ellos, pudieron entrar no solo productos sino otros conceptos como el teppanyakki, del benihana, o los noodle bars tan de moda en Europa.

Entonces, si hoy las barreras culturales ya no existen, si el Internet está al servicio de todos los conocimientos culinarios internacionales, si las economías se han globalizado irreversiblemente, si los estudios, la prensa internacional y el consumidor foráneo nos dan permanentes señales de estar esperándonos, y si, además, contamos no con un producto, sino con muchos productos mucho más diversos, sofisticados y divertidos que ofrecer, ¿por qué creer que vamos a fracasar en el intento?
Nuestra fe nace del análisis, no de la ilusión, y nuestra fuerza, eso sí, nace del deber, de la convicción de que los cocineros somos actores reales de los procesos de cambio que el Perú necesita. Creemos firmemente que el éxito de los restaurantes peruanos por el mundo traerá consigo muchísimos beneficios directos e indirectos para el país. La demanda de productos tan comunes como papa amarilla, ají, cebolla roja, rocoto o limón se multiplicaría infinitamente y con ello acabaríamos con uno de los más dolorosos males que padece nuestro país, el empobrecimiento del campesino peruano en los Andes.

Por último, el hecho de tener estos conceptos y marcas por el mundo, le daría a la marca Perú un poder de seducción que no solo llamaría la atención del público internacional hacia otras propuestas peruanas, como la moda, el diseño, la joyería, la música, la industria y demás, sino que también incentivaría y activaría la creatividad y la confianza de nuestros jóvenes para elaborar conceptos propios y tener la valentía de salir al mundo con ellos. Los peruanos debemos buscar la riqueza dentro de nosotros mismos: estamos llenos de oportunidades por todas partes esperando a alguien que les dé el valor y la fuerza necesarios para convertirlas en algo atractivo y poderoso para vender al mundo.

La clave está en entender que somos una gran nación, con una gran cultura viva, fruto de siglos de mestizaje, y que es justamente ese mestizaje el que ha hecho de nuestra cocina una propuesta variada y diversa que ha cautivado finalmente al público internacional. Es en ese mestizaje donde los peruanos debemos encontrar la fuente de inspiración no solo para generar riqueza, sino sobre todo para aceptarnos y querernos como nación. Solo a partir de ello podremos encontrar dentro de nosotros todas aquellas ideas que luego saldrán transformadas en productos y en marcas para conquistar el planeta.

Hoy estoy aquí muy emocionado por el hecho de poder dirigirme a ustedes no solo para contarles todas estas cosas, sino para recordarles que, como yo, son ustedes los jóvenes más afortunados de este país. Que son aquellos a quienes la suerte les concedió haber nacido en una familia que los pudo educar con amor en un país donde muchos niños ni siquiera conocen el amor. Ustedes, hoy y aquí, están recibiendo la mejor educación, como la que yo recibí y como la que hoy reciben mis hijas, mientras muchas otras niñas en vez de ir a la escuela tienen que trabajar.

Esto no solo debe indignarnos como ciudadanos de un país al que amamos y en el que queremos crear riqueza y logros personales, sino que debe convertirnos en actores para revertir para siempre esta situación y llevarnos finalmente a construir un país próspero lleno de riqueza, donde sintamos orgullo de formar parte de una nación en la que las oportunidades están basadas en una educación igual para todos, en la que existe una justicia igual para todos y un Estado que, de la mano con sus ciudadanos, vigila e interviene enérgicamente frente a la arbitrariedad, el abuso y el rompimiento de las reglas de juego pactadas por todos.

Créanme, solo es posible cumplir sus sueños personales si tenemos un sueño nacional anterior. El éxito personal solo llegará si nuestros objetivos trascienden al ámbito individual para formar parte de una gran aspiración colectiva. Japón reconstruyó su país en ruinas para convertirse en la potencia de hoy porque antes que individuos eran japoneses. Alemania hizo lo mismo, Israel también, al igual que naciones mucho más jóvenes como Australia o Nueva Zelanda.

Es en ese espíritu nacional, pero el positivo, el que se abre al mundo, el que se cuestiona, el que tolera, el que abraza, el que integra, el que aplaude el éxito y no en el nacionalismo que se lamenta, que condena, que divide, que se encierra y protege la mediocridad, en donde finalmente los peruanos alcanzaremos el rostro definitivo de nuestra nación y con él la tan ansiada prosperidad.

Para terminar quisiera decirles, en realidad pedirles, que no se vayan del Perú: ustedes son sus hijos más afortunados, sus hijos más preparados. Si salen a estudiar una maestría, regresen. No se vayan: es aquí donde están las oportunidades, es aquí donde está la riqueza, es aquí donde la vida encuentra un sentido. No se vayan porque su pueblo los necesita; el Perú los necesita; la historia los necesita.

Una espía peruana fue la que ayudó al Desembarco de Normandía


Los documentos no muestran imágenes de la peruana, pero la describen como una figura impactante y sorprendente, cuyo supremo objetivo en la vida parece haber sido divertirse.

"Elvira Concepción Josefina Chaudoir no es su nombre verdadero, sino su seudónimo", precisó Howard Davies, experto de los Archivos Nacionales británico, explicando que la legislación británica no permite revelar la identidad de las personas si ellas mismas no la han divulgado.

"Era hija de un encargado de negocios peruano destacado ante el Gobierno de Vichy, que fue reclutada primero por los británicos y luego por la inteligencia nazi", explicó Davies, que calificó esta historia de turbulenta.

"En un viaje a Francia en 1942 que tenía el aparente objetivo de visitar a sus padres (en realidad encubría una misión para el MI6, los servicios de inteligencia británicos en el extranjero), Chaudoir fue contactada por los nazis, para que trabajara con ellos en labores de inteligencia en Londres.

En Francia, la peruana fue presentada a uno de los agentes del mariscal alemán Hermann Goering, conocido solo por el nombre de Biel, de quien se hizo 'amiga personal' y que le ofreció cien libras al mes a cambio de que le proporcionara informaciones secretas económicas y políticas sobre el Reino Unido.







Tras regresar a Londres, los servicios británicos de contraespionaje, el MI5, le asignaron tareas como doble agente bajo el nombre cifrado de Bronx, para que enviara informaciones falsas a su contacto alemán, Biel.

Chaudoir no tenía ninguna lealtad, ni al régimen nazi ni al Reino Unido, explicó el experto. Su principal lealtad era divertirse, pasarla bien. Y, claro, también el dinero, subrayó.

A Chaudoir le gustaban las fiestas, jugar póker y apostar, por lo que incurría en fuertes deudas. Los documentos divulgados describen a la peruana como una miembro típico de la gente frívola de Londres.

Después de la guerra, la espía se trasladó a un pequeño pueblo al sur de Francia, donde residió anónimamente, contó Davies, al relatar la crónica de esta desconocida belleza peruana que contribuyó al éxito de la invasión aliada".

María Gracia Bullard

domingo, 17 de junio de 2007

PATRIMONIO DEL PERÚ. Conocerlo para valorarlo.

El Perú es un país diverso, multicultural, plurilingüe, rico en historia, lleno de maravillas de flora y fauna que descubrimos a cada paso. Esta riqueza formada por paisajes, alimentos, sonidos, modos de ver el mundo y herencias de nuestros ancestros conforman nuestro patrimonio, que con su importancia, valor y significado constituyen un elemento de identidad que nos permite afirmarnos en el presente para ver con más claridad el futuro.



Nuestro patrimonio es un recurso NO renovable y ÚNICO que debe ser gestionado de manera responsable y sostenible. Si se gestiona bajo estos criterios, se puede conseguir que el patrimonio sea un motor de desarrollo económico y social. Así podemos dedicar nuestros esfuerzos, en un futuro, a explotar el patrimonio tan rico que tenemos y derrepente dedicarnos al turismo o alguna otra actividad, que si la sabemos organizar y sacar adelante nos traerá muchos beneficios, tanto a nosotros como a nuestro país, además de una satisfacción agregada como consecuencia de valorar y atrevernos a incursionar en este ámbito poco conocido pero muy interesante.


Si nuestro afán no esta relacionado directamente, lo que sí podemos hacer para contribuir con el desarrollo de nuestro patrimonio es respetarlo, interesarnos por conocerlo y sentirnos orgullosos de lo que tenemos.

Hoy el mundo globalizado nos exige conocer no solo la dinámica mundial, es necesario también que nosotros, actores del escenario global, sepamos quiénes somos y de donde venimos.

Por todo esto debemos considerar importante el apreciar mejor nuestra cultura y percibirla con un valor más alto.


Si quieren apoyar el turismo y a la vez conocer más el Perú, en las vacacciones o cuando tengan tiempo disponible viajen al interior del país. En la siguiente página encontrarán los 10 mejores destinos turísticos del Perú http://www.go2peru.com/spa/top_ten.htm.


JÓVENES EMPRENDEDORES. Atrévete a ser uno!

Miremos al Perú con esperanza


El progreso humano y por tanto el desarrollo el país consta de dos factores que deben desarrollarse paralelamente pues solo así puede orientarse verdaderamente a alcanzar el bien común. Estos dos factores se ven reflejados en el crecimiento económico de la sociedad y la mejora de esta, humanizándose.

El desarrollo de estos dos factores nos permite crecer no solo en el conocimiento y mejora de la conducta ética, sino también crecer en la calidad y cantidad de la riqueza, en la consolidación del bienestar material.

De los elemento mencionados como el conocimiento, la etica y la riqueza, depende el vivir bien, el poder llevar una vida digna, lo que se merecen todos los cuidadanos sin excepción, por su condición de seres humanos.

El desarrollo integrado de los factores ya mencionados constituirán el cambio que tanto hemos esperado, pero ¿como integrar estos dos factores? ¿Como nosotros, ciudadanos comunes y corrientes, jóvenes y responsables de lo que será el futuro de nuestro país, podemos contribuir en el cambio de este?

Antes de proponer respuestas a estas interrogantes considere importante evaluar la realidad que rodea al grupo de jóvenes que podemos tomar cartas en el asunto para poder elaborar un plan realista y posible, orientado a buscar soluciones que podamos, con nuestra situación particular, ejecutar.

Es así como considere que nuestra labor estaría orientada a desarrollar y consolidar en los ciudadanos de nuestro país el segundo factor de la Reconstrucción Nacional. Este factor no implica el crecimiento económico del país debido a que nuestra condición de jóvenes inexpertos en el rubro no lo permitiría, sino que esta orientado a la adquisición y promulgación de una conciencia nacional, en el lograr la adopción de una nueva actitud frente a uno mismo, frente a los demás, frente a nuestro país; Proyectando la imagen y el valor de una patria y de las exigencias que ello impone a todos en esfuerzo, generosidad y heroísmo.
Esta conciencia nacional que pretendemos formar, se debe vivir en todos los ciudadanos, como el deber de perseguir en nuestras acciones del día a día las metas de grandeza y progreso de nuestro país.

Queremos proponer un proyecto de vida, invitar a los jóvenes, quienes se encuentran en una etapa decisiva de sus vidas ( donde se están planteando objetivos que los motivaran a estudiar o trabajar y que será el norte que guié sus acciones) a incluir en la formación de su proyecto profesional la responsabilidad y entusiasmo de asumir una misión trasformadora a partir de cierto tipo y forma de trabajo, que ejerceremos en pocos años, por el cual podremos satisfacer nuestras necesidades inmediatas, pero no solo eso, sino poder contribuir desde donde estamos, sin necesidad de ejercer un cargo público, al crecimiento y bien estar de otras personas que en conjunto significaría el desarrollo en unidad del país.

La solidaridad, la participación y la posibilidad de realizar estos cambios radicales constituyen, si no la solución, al menos la garantía necesaria para que las personas no se conviertan en instrumentos que buscan ante todo producir para ganar dinero, sino que seamos protagonistas de nuestro futuro y el de muchas personas que dependen de nosotros.

Debemos tomar conciencia de la realidad tan distinta que existe mas allá de nuestras casas, y no solo tomar conciencia sino que debemos involucrarnos y poner nuestras capacidades (debemos considerar como privilegio poder explotarlas teniendo acceso a la educación) al servicio de la comunidad, luchando por conseguir el progreso pero equilibrado, es decir, que los diferentes sectores progresen paralelamente.

Este es el Gran reto que les propongo y que el Perú espera que asumamos, nosotros los jóvenes, por el bienestar nacional.
Todo esto puede hacerse y dado a que es posible es un deber.


viernes, 15 de junio de 2007

QUIENES SOMOS

Hace pocos meses, surgió la inquietud de poder contribuir con el desarrollo de nuestro país. Las clases de cívica, historia, geopolítica, entre otras, fueron alimentando la preocupación por la realidad nacional y con algunas amigas luego de escuchar la clase, terminábamos con una sensación de impotencia tras descubrir todas las maravillas y riquezas que tiene el Perú pero que lamentablemente no aprovechamos, tal vez por que no las conocemos ni valoramos.


Esta impotencia nos fue juntando y nuestra preocupación nos llevo a estudiar la situación, planteando posibles soluciones y acciones que nosotras, jóvenes comunes y corrientes, podíamos llevar a cabo para cambiar la realidad. Fue así como consideramos que el primer paso podría ser hacer ver a los jóvenes la importancia de tomar cartas en el asunto para involucrarnos con la sociedad, ver lo maravilloso de trabajar EN el Perú y PARA el Perú, darnos cuenta de lo mucho que podemos hacer ya que verdaderamente nosotros SOMOS EL FUTURO DE NUESTRO PAÍS.

En este blog tratamos de formar un espacio para todos los jóvenes que sientan también esa inquietud frente a todo lo que se puede hacer y lo mucho que falta por conocer, pretendemos que todos puedan difundir las ideas inovadoras que nos caracterizan, a nosotros los jóvenes, en un espacio de opinión donde podamos aportar algo más ayudando a lograr la recontrucción nacional. Atrévete, tu puedes ser mejor y ayudar a mejorar a los demás.